El Sr. Lagartija

Cuenta la leyenda que estaba tan cómodo dentro del vientre materno, que se negaba a salir… se asomó tímidamente al exterior y con un gran salto, desapareció entre las luces del quirófano. No se supo nada de él… un dia, dos, tres semanas… fue ardua la búsqueda que llevó a descubrirlo en el área de incubadoras armando la revolución con creaturas a las cuales adornó con crestas multicolores. 

Quizá por eso se levanta de la cama con buen humor, quizá por eso es resbaladizo, verde y veloz; de voz dulce y verdades lejanas al eufemismo; manos mágicas, abrazos cósmicos y movimientos ataxianos. 

Los inicios le gustan, el inicio como originalidad, como ser el primero, como ser el mas grande, el mas chido, el más…

Su niñez fue suavemente agraciada. Puso toda su ilusión de chamaco en un gigantesco mono peludo que alguien detrás manejaba con raros artefactos, se acercó a tocarlo y ahí se conectó con una magia que, hoy por hoy, lo mantiene legado al mundo animal y a las quimeras. Tuvo dos jirafas y las perdió, tuvo un hijo y se murió, tuvo ardillas con colas extrañas, tuvo vacas lácticas, ratones vicentes, delfines ninjas, mapaches de pelaje sedante, conchas marinas, cerdito sin cabeza, cabritas con teticas delirantes, caballitos con nariz de zoquete y micos, muuuuuuchos micos.

De chiquito intentaron enderezar su ruta, internándolo en un escuela de monjas, experiencia que llegó a su fin el día que se presentó a clases con una minúscula libretita de tendero. La disciplina marcial dijeron, esa es infalible, duró casi nada, finalizó cuando el Sargento Don Obelisco lo confundió con Robert Smith y más que al regimiento, lo mando a un peluquero. De cuna futbolera, quiso estudiar veterinaria, luego se dio cuenta que había que estudiar mucho y renunció, ahí mismo descubrió su vocación director de cine, la utopía le duro poco y luego fue a la búsqueda de los escenarios radiales, su lugar ideal.

La vocación del Lagarto como profeta de los Santos más descabellados se la ganó a pulso, su cerebro reproduce noticias que nunca saldrán a la luz o vaticinios ilógicamente verdaderos: Fito ha muerto, Soda se reencuentra, tu hijo será hija. 

Es capaz de desdoblar la más misteriosa y compleja teoría de la más simple de las palabras y es asi como construye en tierra desierta seres polifacéticos y heteronímicos con un solo sonido de su garganta.

En él todo es magnánimo, todo es un “gran evento”: una parábola, un virus, toser, reparar electrodomésticos, crear personajes, bichos que caen del cielo, una estufa con apariencia de wc, todo! Basta abordar la más vieja de las carrindangas para sentirse Fitipaldi. Pero luego se encapricha, sufre y patalea cuando el destino deviene en cosas que el no planeó, si le ordena a alguien que construya un auto de papel para conservar su lugar en un estacionamiento, y no lo hace… se desinteresa, se aburre, no tiene tiempo para perder en gente “que no entiende razones”.

Ha sufrido de oído, de hígado y de voz, eso nunca le ha impedido, escuchar punk rock, disfrutar del más exótico de los licores o hacer un programa de radio. Pero luego se vuelve a encaprichar propinandole un par de cachetadas a una coqueta enfermera llamada Lucy cuando ésta intenta ponerle una inyección para curarle el tinitus y la sordera. Sus dudas fundamentales en la vida es saber si cuando un gato obtiene una nueva vida, se escuchan sonidos de un videojuego y la cantidad de agua que hay que beber. Mas totopoooooos!!!!

Es irreductible en ciertos conceptos como la calidad del programa y la buena música.

Le emocionan los cumpleaños, sobretodo el suyo que dura 300 días, al mismo tiempo que perdiendo la elecciones en Chihuahua se proclama Rey de Portugal. Habla muchos idiomas y puede confundir a campanita con palomita, putea en todas direcciones y ante cualquier altar, es capaz de poner cachonda a una escoba con faldas cuando asegura: -cuando estuve casado, fui swinger- y – me cojería a la esposa de Santa Claus, solo si no es la Virgen María-.

Amaneceres oscuros y atardeceres claros